martes, 18 de septiembre de 2018

PASEO NOCTURNO HASTA EL CASTILLO DE ANDRADE



Llega el final del verano y ya todo en las costas gallegas vuelve a la normalidad. Las playas se desmasifican; si en Galicia no solo llueve, de hecho, hasta hemos rozado los treinta y ocho grados fuera de Ourense; los restaurantes tienen algo menos de tiempo de espera, pueblos que han hasta multiplicado por diez su población vuelven a tener sus habitantes normales; a los de toda la vida que dirían los de siempre.

Para aquellos que andamos siempre conociendo sitios, fotografiando sitios y llevándoos de paseo a sitios es en parte una bendición; porque así nos evitamos el encontrarnos con nuestra amiga la psicótica de la playa de Ber y el tener que molestar a los miembros de la Guardia Civil, que están para cosas más serias que el que una loca no se tome adecuadamente sus pastillas.

Por otra parte, es una lástima, puesto que las fotografías de multitudes; como las de la Festa do Pulpo de Mugardos; son más difíciles de conseguir sin una multitud que fotografiar. Y aunque sí, es cierto, en Galicia cada día hay una fiesta, no siempre son las fiestas que uno quiere fotografiar, visitar o llevaros a conocer. Que no todo en Galicia es fiesta; hay sitios que tenemos que conocer y a veces pienso que no llega una vida para enseñároslos todos. Al menos no a ritmo de uno por semana. Si además incluimos más cosas que vemos y que hacemos… Hay mucha Galicia y muy poco tiempo.

Así que, en esta ocasión, vamos a salir de noche. Vamos a “asaltar” el castillo del señor de Andrade. Bueno, a asaltarlo asaltarlo no. Pero si que le vamos a hacer unas fotos nocturnas chulas, si se deja el castillo y al fantasma de Elvira no le importa, claro.

Aprovecharemos para hacer una salida nocturna y, si el cielo colabora y nos damos cierta maña, es posible que saquemos alguna imagen circumpolar. Ya veremos cómo se da la noche. Ya de paso hablaremos de los controles de vuestras cámaras; puesto que sin conocerlos adecuadamente; porque solo conocéis la posición de AUTO en vuestras cámaras; esta salida deberéis hacerla con algo más de luz. Tendréis que hacerla de día y, de día, pues las fotos nocturnas molan menos.

Los parámetros que nos interesa controlar son la ISO y la velocidad de obturación. Ambas van a sernos vitales a la hora de conseguir imagen chula o una especie de mancha dentro de una imagen negra. La ISO cuanto más baja mejor, pero en nocturno podéis estar seguros de que no va a servirnos la más baja que de la cámara, sea esta la que sea. Yo suelo oscilar en mi cámara; que ya sabemos que no es una cámara de elite; entre los 800 y 1600 de ISO dependiendo de la luz ambiente de la que podamos disponer.

En el caso de la velocidad de obturación depende siempre un poco de que sea lo que queramos obtener, si queremos efecto seda en el agua, nubes curiosas, o si queremos congelar el momento en un instante. Obvio que, a mayor tiempo de obturación más luminosas, más claras saldrán nuestras imágenes, pero si estamos disparando con una velocidad lenta contra un árbol y hay viento; el árbol tendrá fantasmas, saldrá borroso o ambas a la vez.

¿Dónde encontrar la configuración de estos dos parámetros? Bueno depende de cada cámara, así que yo os recomiendo encarecidamente que os leáis el manual de la cámara y si no lo tenéis o no sabéis donde lo habéis dejado, descargarlo de internet primero y leéroslo después. Para buscarlo en internet: tecleamos en San Google marca y modelo de nuestra cámara seguido de manual completo PDF. Os pondré un ejemplo; yo en mi caso teclearía en San Google lo siguiente: SONY Cybershot DSC100XV manual completo PDF.

Lógicamente damos intro y esperamos. Después de esto descargaremos el PDF y una vez hecho esto; leemos el manual de nuestra cámara, cogemos la cámara y salimos a disparar; que es lo nuestro.

Volvamos a lo que estábamos; el Castillo de los Andrade, el Castillo de Nogueirosa, El castillo a secas… nuestro destino tiene un montón de nombres por los que se le conoce, pero claro, no es obligatorio conocerlos todos está señalizado como Castillo de Andrade y en sus cercanías hay una casa rural en la que una tal Marta Sánchez grabaría hace algún tiempo uno de sus más famosos videoclips.

Partiremos como siempre desde el Polígono Industrial de Vilar de Colo; no vamos a cambiar nuestras tradiciones arraigadas desde estos meses atrás. Tomaremos dirección Pontedeume y seguiremos la carretera N-651 hasta Pontedeume. Una vez que lleguemos a Pontedeume, continuaremos en dirección Miño-Betanzos; también por la N-651 como hicimos la vez que subimos hasta Breamo, solo que en vez de desviarnos en el Barro, seguiremos  hasta llegar al final de Campolongo. ¿Cómo sabréis que habéis llegado al final de Campolongo? La ligera pendiente ascendente de la carretera cambiará y se volverá descendente, veréis un paso elevado sobre la carretera y un desvío que además hace las veces de cambio de sentido. También os ayudará la señalización que os dirigirá hacia Villarmayor, Monfero y por supuesto; el Castillo de Andrade. Una vez que habéis tomado el desvío, pasáis el puente y vamos a tomar la última carretera; la que encontrareis en una rotonda; la que pasa por delante de la planta de EINSA… después de coger una rotonda, la primera salida derecha, no pasáis a los diez segundos por delante de EINSA; os habéis equivocado de camino, dad la vuelta.

A partir de ahora debéis prestar atención, pues al ser de noche, el desvío hacia el castillo; que estará a vuestra izquierda; se os podría pasar de largo y, no os resultará fácil encontrar un lugar próximo para realizar un cambio de sentido con seguridad.

Bien, la carretera no es una carretera ancha y ojito porque tiene algún tráfico nocturno, así que como es de suponer que no conocéis estas carreteras; porque si las conocierais no estaríais leyendo esta parte; circulad con cuidado porque nunca se sabe si algun imitador de "Carlos Sainz" es posible que venga de frente a vosotros. El ultimo cruce; este sin duda es el más conflictivo de noche; puesto que la iluminación de la señalización no es adecuada; pero si me habéis hecho caso y habéis avanzado con cuidado y precaución, debería seros sencillo ver al menos el indicador de la casa rural. El castillo está en la misma carretera, al final de la misma. No tiene mucha perdida.

Pasemos a la parte histórica del castillo. Está emplazado sobre la Pena Leboreria; a unos 310 metros de altitud. Desde esta posición estratégica los señores de Andrade podían controlar; y de hecho lo hacían; la práctica totalidad de la comarca del Eume y las Fragas; la ría de Ares y el arenal de Cabañas. Para unos nobles de la época; que lindaban con las posesiones del potente monasterio de San Juan de Caaveiro, tampoco eran pocos dominios.

El que vemos, no es la primera fortificación que se levantó en este punto. Se han encontrado restos de una fortificación del siglo XII en el lugar; así que como podéis ver el lugar ya era estratégico desde antes de que se pudiera llegar a la playa en coche en diez minutos.

La fortaleza como tal se comenzaría a construir en el siglo XIV, en 1369, por orden de Fernán Pérez, O Boo (El Bueno) y aunque los terrenos pertenecían al monasterio de Sobrado, que no estaban muy de acuerdo con que les plantasen aquella fortaleza en sus tierras así como así; al final se dejaron convencer gracias a la amistad del amigo Fernán Pérez con Juan I de Castilla, a algunas "presiones" de hombres con espadas y a diez mil maravedís mensuales y así Fernán pudo terminar su placita defensiva en el año 1377.

El castillo tuvo una gran importancia durante los hechos de la Irmandade Fusquenlla en el 1431 y en la gran guerra Irmandiña en la que fue arrasado por los irmandiños al principio de la guerra y reconstruido después de la misma. Tres siglos después de estos hechos; de los que hablaremos con detalle más adelante; el castillo pasaría a manos del Conde de Lemos y posteriormente se haría cargo de el la casa de Lerma.

A mediados del siglo XIX un arquitecto; de conocido apellido entre los eumeses; lo restauro profundamente por orden del titular del castillo en ese momento, el Duque de Alba. El arquitecto, se apellidaba Tenreiro.

Estamos ante el primer monumento de toda la provincia de A Coruña que fue declarado Monumento Nacional en el año 1924. Un decreto lo protegió en el año 1949 y en el año 1985 fue protegido por patrimonio Histórico. Finalmente, en el año 1994 se declaró bien de interés cultural dentro del catálogo de monumentos del patrimonio histórico de España.

Y como no podría ser menos, cuando paseamos hasta algún lugar como este, sobre el que pesan bastantes leyendas, os dejo con una de ellas; la leyenda de Elvira.


LA LEYENDA DE ELVIRA


Corría el año 1389 y el alcaide del castillo era un tal, Pero López; hombre fuerte, brusco y tosco que estaba enamorado de Elvira, dama de la Señora de Andrade, pero la hermosa joven no le correspondía. Esto se debía principalmente a que ella estaba enamorada de Nuño, mano derecha de Fernán Pérez o Boo, el Conde de Andrade. Nuño aparte de ser la mano derecha del Conde, era su hijo bastardo, que siendo además el único varón que había engendrado; pues de su esposa tenia dos hijas; estaba destinado a acceder al titulo a la muerte del conde.

El alcaide del castillo no podía aguantar ni soportar que Nuño fuera el favorito de Elvira y del Conde y odiaba al joven con todas sus fuerzas y algunas más. Cada día pensaba en los modos de deshacerse del chaval; pero aparte de hacerle alguna perrería no demasiado llamativa, la cosa no pasaba de ahí.

Una tarde lluviosa tuvo López que acudir a Pontedeume para gestionar unos asuntos en el Pazo de los Andrade y, allí encontró a Nuño y Elvira que se hacían carantoñas y sonreían, al verle ambos le dedicaron sendas miradas de desprecio. El alcaide celoso y cegado por la ira, les maldijo jurándoles odio eterno.

El malvado López recurrió a Zaib, un esclavo negro y mudo que obedecía en todo al alcaide cual perro fiel. Pero López ordenó al esclavo que sedara y secuestrase a los dos jóvenes, y éste acató el mandato sin importarle cuales fueran los motivos de su amo.

Zaib consiguió drogar a sus víctimas y trasladarlos a una estancia subterránea del castillo, a la que se accedía bajando por unas escaleras poco iluminadas, viejas y muy empinadas. Una vez allí les amordazó y les sujeto con cadenas a los fríos y gruesos muros de piedra, de manera que quedasen uno enfrente del otro.

Pasaron los días y los dos enamorados tuvieron que soportar el verse sin poder tocarse, sin poder comer o beber, ni gritar para pedir auxilio en aquella estancia diminuta, oscura y húmeda.

Pasaron muchos meses hasta que, Pero López en una reyerta se llevó unas malas heridas y el señor de Andrade acudió a visitarle en su lecho de muerte. El alcaide que estaba aterrado por su inminente muerte y tenía un gran remordimiento de conciencia le confesó al conde lo que había sucedido, por su culpa, con Nuño y Elvira.

 "Señor, os pido perdón. Fui yo quien, por envidia y enojado por el desprecio de Elvira, encerré en el subterráneo de la torre a la doncella y a Nuño. No era mi intención acabar con sus vidas, sino vengar mi corazón roto causándoles un profundo sufrimiento. El esclavo negro les llevaba de comer de vez en cuando, hasta que un día Nuño logró liberarse de las cadenas y atizó con el hierro a Zaib, le dejo malherido. Mi esclavo se arrastró hasta llegar a la puerta y, aunque cayó muerto a la entrada del calabozo, tuvo tiempo de cerrar el muro impidiendo la salida de los jóvenes. Al cabo de las horas, cuando le eché de menos, bajé al subterráneo y encontré al esclavo muerto, con la cabeza destrozada y ensangrentada... ¡Cogí miedo, Señor!, comprendí lo que había sucedido y no me atreví a descorrer el muro nunca más, ¡y los infelices murieron de hambre!"

Tras oír la confesión del alcaide, Fernán Pérez decidió acortar el sufrimiento del alcaide y lo apuñalo con lágrimas en los ojos. Tras esto descendió hasta la estancia y encontró a los dos amantes muertos unidos en un abrazo. Tras este descubrimiento, el Conde; apesadumbrado por la muerte de su hijo varón; saldría escasas veces del castillo hasta que le encontró la muerte un 21 de agosto de 1397.

Desde entonces se dice que la joven Elvira permanece en el castillo, ante el que cuando la gente pasa se suelen santiguar y decir "que deus teña na gloria ós que morreron no castelo da fame" (que dios tenga en la gloria a los que murieron en el castillo del hambre).


Nos vemos en el próximo paseo.

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