sábado, 12 de junio de 2021

ARES Y SUS ALFOMBRAS DE FLORES


Hemos decidido mantener la portada que iba a llevar originariamente este articulo cuando se redacto en 2019


No nos damos cuenta en realidad de la razón que tenía Benjamín Franklin al decir aquello de que “Quien para conseguir algo de seguridad esta dispuesto a renunciar a algo de libertad, no merece ni la una ni la otra y sin duda perderá ambas”. Ya llevábamos cierto tiempo viendo como sigilosamente recortaban nuestras libertades “en bien de la seguridad” pero desde marzo del año pasado… Bueno, todos sabemos mas o menos como ha sido el año uno de la “era COVID”. Ya hemos hablado en alguna ocasión, al hacer los lanzamientos en redes sociales de los artículos de este blog, acerca de los eventos damnificados por la famosa “pandemia” y hoy nos vamos a referir a como han tenido que evolucionar algunos eventos para sortear esa extraña costumbre de prohibir que a determinados individuos (Que no cumplen sus propias prohibiciones) les ha dado por imponernos a todos los demás. En concreto vamos a ver la evolución del Corpus de Ares y sus alfombras.  

Lo cierto es que las alfombras eran algo muy vistoso.
Sin duda uno de los eventos que mas me han 
llamado la atención. Por lo efímero del evento en si y
por el trabajo contra el reloj que hacían los vecinos
Antes del coronavirus en Ares la noche antes del corpus era un auténtico no parar. Mil metros de calles, una gran cantidad de dibujos hechos con tiza en el suelo, una buena cantidad de gente robándole horas al sueño para hacer de su día grande el día más grande del año e intentando que sea más grande que el año anterior. Fe, devoción, atracción del turismo, celebración de primeras comuniones… Todo ello se reunía tal día como el día de Corpus Christi en el centro de Ares.

Se dice fácil en cifras, pero si nos paramos a pensarlo era un trabajo duro porque, hacer alfombras de casi un kilómetro con más de veinte toneladas de todo tipo de artículos florales y hacer los dibujos que queremos (O que alguien ha marcado en el suelo) diez minutitos no nos iban a llevar. Y si además tenían la mala suerte de que empezase a llover; cosa por otra parte bastante normal en el mes de junio en Galicia (Oiche neniño, Galicia e así e a os galegos gústanos que sexa así) pues bueno… Era un trabajazo.

Ahora, en estos tiempos de COVID pues la cosa ha cambiado bastante. Siempre en “bien de la seguridad” todas las administraciones publicas han recortado toda clase de derechos, y en aras del miedo que la población a aceptado cuando se lo han regalado en la televisión entre esos derechos se encontraba el de reunión. Así que las alfombras de ares se han tenido que reinventar. Ahora, el ayuntamiento de Ares pide a los comercios, a los ciudadanos, al pueblo de Ares en general, que decore con flores sus portales, escaparates y balcones. De hecho, para animar a la gente a realizar este “sucedáneo” de las alfombras, hasta han creado un concurso y todo.

Y es que en esto de montar alfombras de flores nos encontrábamos con unos veteranos, grandes conocedores del oficio y capaces de hacer tres mil metros cuadrados de alfombras en una noche. los miembros de la asociación “Alfombra Floral de Ares” que llevaban montando alfombras desde 1983, es decir a fecha de 2019; ultimo año sin miedo; llevaban ya treinta y seis años.

En estos treinta y seis años anteriores al miedo habían llevado su evento y celebración a estar consolidada como referente en el norte de Galicia desde 1986 y declarada en 2011 fiesta de interés turístico gallego, lo cual; una vez visto el trabajo que realizaban; me parece poco reconocimiento.

Porque no os creáis que debía de ser una tarea fácil crear cada año un kilometro de alfombras por tres metros de ancho; lo que vienen a ser, como ya habíamos calculado antes, medio campo de futbol. Y es que igual, así sin verlas en directo, pues te parecen un poco… yo que se, muy poca cosa. Pero para que nos hagamos una idea clara del tamaño del trabajo que esta asociación realizaba, os diré que si las alfombras de Ares hacen unos tres mil metros cuadrados; un campo de futbol apto para partidos internacionales (Cualquiera de primera división vaya) anda en torno a los seis mil cuatrocientos metros cuadrados. Es decir, las alfombras de Ares cubrirían tranquilamente; como ya dijimos; medio campo de futbol.

Estas alfombras, que tanto esfuerzo habían llevado para su realización, desaparecían en la tarde del domingo cuando los niños que hacían la primera comunión procesionaban sobre ellas, partiendo de la iglesia de San José y recorren los mil metros de estas alfombras.

Ares era un autentico bullicio el día del Corpus. Desde
que comenzó esta "nueva era" ni Ares, ni sus eventos,
ni los eventos de cualquier lugar han sido lo mismo.
Pero no solo era el esfuerzo de diseñar, dibujar y confeccionar estas alfombras, sino el asunto de la recolección del todo el material vegetal que lleva un tiempo de estricta programación, empezando por el verde y terminando por las ultimas flores que se colocan intactas en sus posiciones finales.

Era sin duda un esfuerzo que culminaba con unas alfombras como las que podéis ver en las imágenes del 2019 que acompañan este artículo y que desde aquel ultimo corpus antes de la “era COVID” no se han vuelto a ver en Ares.

Cierto es que la eliminación de las alfombras evita sustos como el que tuvieron los participantes en la confección de las alfombras en su última edición antes del COVID. Y es que en la medianoche de aquella última creación de alfombras comenzó una ligera llovizna que sin embargo terminaría por remitir y les permitió terminar la confección de las alfombras sin demasiados contratiempos. Otros años no habían tenido tanta suerte y habian debido proteger el trabajo realizado para que no se echara a perder, ni el material ni el trabajo. Evidentemente estos sustos se han perdido. Ni lo dudes que la magia de aquellos momentos seguro que también.

Y es que desde el año 1986 (Año en que nació mi socia Carol, casualmente en Ares), Ares celebraba el Corpus Christi con la confección de alfombras florales que año tras año eran admiradas por los miles de visitantes que se acercaban a la villa marinera. Los vecinos, perfectamente organizados en seis grupos de trabajo, eran los artífices de esta espectacular obra de arte vegetal a la que se le dedicaban semanas de esfuerzo y que alcanzaban una longitud de más de un kilómetro.

Tradición, gran vistosidad y la participación del pueblo se unían en Ares para celebrar el Corpus, de tal forma que, cuando pasaba la procesión el domingo por la tarde, las calles de la villa estaban perfectamente engalanadas. Ares olía a rosa, clavel, hortensia, acedera, tuya y pino, entre otros aromas vegetales.

Imagen del Corpus de 2021
Ares es un pueblo que se 
reinventa en tiempos duros
Si la confección era importante en estos trabajos, la recolecta no lo era menos. La experiencia hizo que los miembros de las asociaciones implicadas, sabedores de donde pueden encontrar las ramas, hierbas y flores adecuadas, preparasen un preciso calendario de recogida. Primero lo verde, que hay que tratar con mucha paciencia, y después las flores. Este calendario era seguido por los vecinos implicados, de la mano de la Asociación de Alfombras Floráis de Ares, que preparaban tras su recogida el material para su posterior utilización.

Cada uno de los seis grupos elaboraba su alfombra con los motivos escogidos. La tradición obligaba a no desvelar el tema hasta momentos antes de su elaboración. En la minuciosa confección participaban cientos de personas. Familias enteras colaboraban en estos trabajos y los más pequeños, además de realizar sus aportaciones, disfrutaban de las alfombras confeccionadas con motivos infantiles.

La víspera del día grande, hacia la noche, las calles Real y María, junto a la plaza de A Igrexa, comenzaban a transformarse. Esperaba a los vecinos una intensa noche en la que habrá que convertir el asfalto y la piedra en una obra de arte. Al amanecer, Ares luciría una nueva y floral cara. El domingo por la tarde, la pisada de la procesión borraría este vegetal engalanamiento, aunque los vecinos no olvidarían las intensas jornadas de convivencia recogiendo, diseñando preparando y creando. Creando una magia que ahora han tenido que sacrificar.

¿Y como han hecho para seguir con el corpus? Bueno, lo primero que han hecho ha sido reorientar las alfombras. Las han llevado al formato vertical y lo que engalanan son sus balcones. Esto dicho así suena un poco como para decir pues vaya birria (Fue lo que yo pensé el año pasado); cambiar medio campo de futbol en alfombras por un montón de decoraciones en escaparates y balcones, pero me equivoque. Y es que, a la hora de trabajar con flores, en Ares les da igual que sea en horizontal o en vertical, en el suelo o en la pared. Lo cual les vuelve a convertir un poco en; como decíamos en el articulo del belén del Tilo; en un poco los irreductibles galos de Asterix. No solo a ellos sino a otros muchos pueblos gallegos. Lo cual hace posible no perder la esperanza

Nos vemos en el próximo paseo.
No dejes de seguirnos en FacebookFlickr e Instagram y de ver nuestra pagina web.

Y si de verdad quieres ayudarnos en nuestro trabajo; puedes ser nuestro mecenas a través de Patreon o echar un vistazo a la web de COLORLAND nuestro patrocinador. 



Este articulo lo patrocina




Powered By Blogger