miércoles, 23 de enero de 2019

LA LEYENDA DEL LAGO DE DONIÑOS




Galicia siempre ha sido tierra de leyendas, esto lo sabe un gallego, aunque sea gallego de Las Palmas de Gran Canaria. El clima que tenemos; aunque gracias a los gurús del cambio climático a veces podríamos decir “teníamos”; lleno de lloviznas finas, nieblas profundas y claroscuros de luces grisáceas ayuda bastante a ello.
Porque seamos francos, es mucho más fácil ver fantasmas entre la niebla y la llovizna que en el medio de una playa en una tarde soleada. Y esto no se debe a que los fantasmas, meigas, trasgos y demás seres sobrenaturales que pueblan nuestra Galicia sean seres más bien tímidos o que no les guste ir a la playa, sino a que en condiciones optimas de visibilidad, la vista se engaña mucho menos.
La laguna de Doniños esta presente en algunas de las 
leyendas que tratan sobre la comarca de Ferrolterra.
Claro que también ayuda el hecho de que aquí, en Galicia la cultura celta, representada por la cultura castrexa resistiera durante más tiempo que el resto de la Hispania, tanto a la romanización primero como a la cristianización después.
Dado que los nativos originarios de estas nuestras tierriñas, no debían de ser muy favorables a perder sus lugares de culto, o a que alguien de aquellos cristianizadores fue lo suficientemente hábil como para colocar sobre muchos de los lugares de culto castrexo alguna construcción cristiana sea del tipo que sea. No son pocos los cruceiros, ermitas e incluso conventos monasterios e iglesias que fueron construidos sobre antiguos lugares de culto castrexo.
Esto es lo que hace que La Pena Molexa sea tan única. Es un lugar de culto celta que no ha sido cristianizado, y se conserva; mas o menos; tal cual lo dejaron los druidas tras su ultimo culto, esperando. Dispuesto a que se acerquen los nuevos druidas a celebrar algún culto. Esto, a medida que se acerque el solsticio de verano, o quizás el equinoccio de primavera es posible que lo podamos presenciar. Ya os iré comentando.

Pero volviendo a los lugares de los que hablaba, el año pasado hemos visto varios ejemplos acerca de esta labor cristianizadora. La ermita de Breamo, la de Chamorro o la ya desaparecida de San Vicente en el pico de Ferreira son claros ejemplos de esto.
Este curioso Don Quijote, hecho con piezas mecánicas con 
algún tipo de procedencia industrial nos recuerda ciertamente
 que cualquiera, sin querer serlo, puede convertirse en leyenda.
Ciertamente podemos buscar en las leyendas que recorren nuestra tierra un cierto componente de refuerzo a la cristianización, puesto que muchas de ellas tienen aspectos comunes. Las mas antiguas en particular, suelen coincidir en la presencia de la Virgen, que en la mayoría de los casos vino a sustituir en estas leyendas a Danu, la diosa Madre de las culturas celtas. Sin duda otro modo de facilitar la cristianización de los habitantes de la zona. Y es que es mucho más fácil sustituir una figura por otra en una leyenda que tener que crear una leyenda nueva, con la posibilidad añadida de que la leyenda creada no arraigue entre la población objetivo de la misma.

Independientemente de cual sea el origen de estas leyendas, ya sean leyendas cristianas originales o “versiones” de la leyenda castrexa como es este caso que hoy os voy a narrar, nadie puede negar que nuestra tierra está inundada de ellas.

Como ya os he indicado, esta es la versión cristianizada de otra leyenda cuyo origen es celta. Os invito a imaginaros como seria esta leyenda celta, mientras que yo investigo hasta poder relacionarla con alguna de las leyendas celtas que existen.


LEYENDA DEL LAGO DE DONIÑOS


Cuenta la leyenda que la Virgen María viajaba de incognito por el mundo y que sus pies fueron a parar a la ciudad de Valverde. Cuál no sería su sorpresa cuando se encontró en un lugar donde todas las personas eran paganas, descreídas y crueles. Esto no le gusto en absoluto a la Virgen, sintió una gran tristeza en su corazón, y comenzó a buscar entre las gentes. Pero por mas que se esforzó, no encontró caridad entre ellas ni el menor rastro de fe, la Virgen viendo como estaban las cosas en aquel lugar decidió continuar su camino.
De este modo comenzó a subir una gran cuesta, pronunciada como si de una pared se tratara hasta llegar a lo alto del monte. Allí exhausta y sin fuerzas con su niño en brazos vio una casita. Se paró a descansar a la sombra de la barra que tenía delante de la puerta, la dueña de la casa la vio y rápidamente salió para hacerla entrar y ofrecerle una taza de leche caliente.

La Virgen y la mujer hablaron durante largo rato, y así María se enteró de que allí vivían la mujer y su marido, y que eran los únicos cristianos que había en toda la comarca, el matrimonio vivía alejado de la ciudad porque ni a ellos les gustaba la forma de vida que allí se llevaba ni ellos eran bien recibidos por los otros. También le dijo la mujer que su marido no estaba en la casa en ese momento porque había bajado a la ciudad para hacer algunas compras. Una vez descansada la Virgen agradeció a la mujer su hospitalidad siguiendo su camino.
Vista de la playa de Doniños. Su laguna queda situada
 a la derecha de la imagen entre nosotros y las 
construcciones del fondo

Cuando el marido llegó a la ciudad, le pareció oír a una mujer que pedía ayuda. Se puso a escuchar y, aterrorizado, se dio cuenta de que la voz que oía era la de su mujer gritando que alguien la salvase. Cuando el hombre volvió la cabeza, vio a su mujer corriendo por el camino que él acababa de atravesar, perseguida por unos hombres que la querían matar. Viéndola en tan gran peligro, el hombre corría tras su mujer que ya escapaba hacia la casa del monte. Aunque el hombre corría rápido, el grupo que perseguía a su mujer corría más rápido aún y no tardó en perderlos de vista.
Entonces, haciendo un gran esfuerzo, corrió mucho más y cuando consiguió vislumbrar la casa, ya de lejos vio que su mujer estaba sentada junto a la puerta como cuando había dejado a la Virgen.

No había ni rastro de los hombres que la perseguían. El marido, en cuanto llego hasta ella, le relató la visión que había tenido momentos antes. Mientras hablaba, los dos escucharon un tremendo estruendo que procedía de colina abajo.
Sin decir nada, el hombre y la mujer, llevados por el mismo pensamiento, miraron hacia la ciudad maldita y vieron con gran asombro que había desaparecido sumergida en las aguas.

Hoy en día hay en este lugar donde antes se había erigido la ciudad un lago, el de Doniños, donde dicen que en el centro hay un pozo que se traga a cuantos tienen la desgracia de pasar por encima de él, a no ser que la lancha que los lleve sea de las más grandes y marineras.

Nos vemos en el próximo paseo
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