martes, 18 de septiembre de 2018

UN PASEO POR LA REVUELTA IRMANDIÑA



El castillo de Moeche. Aqui residia Nuño Freire
Como diría algún escritor serio, con pinceladas de humorístico, tanto en su modo de ser como en el de escribir; Galicia está llena de gallegos. Esto puede parecer una tontería, pero en realidad no lo es tanto. La forma de ser de la gente que te rodea, que realmente podria parecer una tontería sin importancia alguna, tiene muchísima en realidad. Si te crías entre gente noble, cumplidora de su palabra y honrada; lo más probable es que tú seas noble, cumplidor de tu palabra y honrado. Siempre puede haber alguna excepción, pero lo habitual será que seas gallego si te crías entre gallegos.

Claros ejemplos de esto que expongo los tenemos en los emigrantes, cuyos hijos y nietos se consideran a sí mismos gallegos y con razón, puesto que los gallegos nacemos donde nos parece justo y conveniente. Como un claro ejemplo de esto, yo tengo siempre en mi recuerdo el caso de mi madre, que toda su vida cuando le preguntaban de donde era respondía que gallega y a la pregunta de ¿gallega de dónde? Siempre contestaba “Gallega de Las Palmas”.

Según Jordi Pujol; muy amigo de describir al resto de españoles en sus escritos; los gallegos estamos muy por encima étnicamente de la mayoría de pueblos de España; excepción de los catalanes, por supuesto. En su “escala étnica de España” (Ríete tú de las opiniones de un tal Alfred Rosenberg) a diferencia de los andaluces y extremeños entre otros, los gallegos somos humanos. Muy brutos y muy nobles, pero humanos.

Las aspilleras a traves de las que lanzaban los arqueros
Os preguntareis a que viene esto en este Blog y, la verdad es que yo también estoy sorprendido de escribir acerca de Pujol y de la valoración étnica que hace de los españoles. Pero esto viene a cuento para que nos situemos; principalmente aquellos que me leéis, pero que no sois gallegos; en el tipo de persona que suele ser un gallego. Siempre se nos ha clasificado como honrados, trabajadores cumplidores y, para que mentir, un poco de soltar dos guantazos que tumben a una vaca si nos enfadamos. Y esto claro, era así igualmente en el siglo XIV y, por eso hubo aquí, en Galicia, dos revueltas Irmandiñas.

La primera vez que se lio parda fue un poco; más bien un bastante; culpa del Conde de Andrade, Nuño Freire. Parece ser que el amigo gustaba de hacer las mismas cosas que hacia su tío abuelo y predecesor en el cargo, pero de un modo más a lo salvaje y mucho menos diplomático; lo cual era difícil de conseguir en realidad. Consiguió así que su tío abuelo fuera recordado como o Boo (El Bueno) quedándose para sí mismo el gran mérito de ser O Mao (El Malo)

En fin, la cosa podríamos decir que fue más o menos así: El simpático de Nuño Freire necesitaba ingresos, y como buen señor feudal de la época exprimía a sus vasallos. El problema es que; al igual que Gerion en la historia de Hércules; quizás los estaba exprimiendo un bastante demasiado.

El castillo de Nogueirosa tambien era propiedad Andrade
Sus vasallos plantaron a través de los diputados de cortes de los que disponían, quejas ante el rey Juan II que debía tener cosas más importantes que hacer porque no les contesto. Mientras tanto nuestro amigo Nuño seguía a sus cosas. Que si la mitad de tus cosechas, que si ve poniéndolas en el carro mientras violo a tus hijas, que si tu hijo me ha mirado mal mientras violaba a sus hermanas así que al cepo con el y me llevo la mitad de tu rebaño… lo normal para el día a día del señor conde.

Así las cosas, pues llego un momento en el que claro, los vasallos estaban ya un poco cansados de que Nuño les tratara así de bien (Les reconocía el derecho a existir y les permitía respirar gratis; ¿Qué más querrían?) así que organizaron la Hermandad Fusquenlla. La idea era organizar una suerte de “patrullas ciudadanas” para repeler con más o menos educación a las huestes del Conde. Viendo que estas patrullas eran más bien bandas que otra cosa, un hidalgo venido a menos en dineros al que su técnicamente igual Nuño había puteado bastante; y claro alguna cuentecilla que otra tendría con el; decidió adiestrarlos, armarlos, enardecerlos y convirtiéndose en su líder guiarlos hacia la victoria y la libertad. Este “Braveheart” gallego era un tal Roí Xordo.

Nuestro héroe que; por si alguno lo dudase; no es Nuño, consiguió reunir con sigilo y precaución una fuerza de tres mil hombres a los que adiestro lo suficiente como para no tener que basarse solo en la táctica de las matemáticas. Esto no le costó demasiado puesto que en aquellas épocas el campesinado podría haber sido movilizado para conformar parte de los ejércitos en algún momento de las guerras que o bien contra el moro o bien las guerras civiles de Castilla solían producirse. Bien sabemos todos del carácter cainita de todos los que nacemos en la península ibérica y de la afición que aun hoy en día mantenemos por conseguir más motivos para separarnos que para unirnos. Así que muchos de los campesinos que sirvieron a las órdenes de Roí bien podían haber sido soldados antes que campesinos o después de ser campesinos y antes de volver a ser campesinos.

El asalto no parece sencillo sin una buena planificación
Roí, que entre otras muchas cosas no era tonto, pensó sabiamente que, aunque tres mil hombres eran una fuerza imponente para aquella época, le convenía mas una guerra rápida; capturando a Nuño en un solo golpe maestro, que daría sobre el castillo de Moeche; lugar en el que residía Nuño con su familia, era casi seguro terminar la guerra en una sola noche.

Y así llego el día; más bien la noche; del asalto al castillo. Roí dirigiría con maestría el asalto sufriendo escasas bajas, pero bien por suerte o por un chivatazo, Nuño había salido corriendo hacia el sur. Roí había fallado su presa, pero no quiso desaprovechar el tirón que le daría a su causa la captura del castillo de Moeche, y viendo a la mañana que sus filas habían aumentado en número; decidió perseguir al de Andrade para ajustar tanto las cuentas de sus hombres, como las suyas propias con él.

El palomar no forma parte del Castillo de Moeche
De este modo y asaltando un castillo de Andrade por aquí, otro por allí; los castillos de Nogueirosa, Betanzos y Monforte están en la lista de asaltados; Roí consiguió llegar hasta Santiago persiguiendo a Nuño. Pero en la capital episcopal tropezó con las fuerzas combinadas del corregidor, el obispo y claro, las de Nuño. Perdido el factor sorpresa, así como la ventaja numérica y enfrentado a tres fuerzas de soldados permanentes Roí decide retirarse hacia el norte, a la seguridad de las fragas del Eume hacia donde es perseguido por sus enemigos. 

Informado Roí de que el de Andrade ha regresado con su famila al castillo desde el que domina la ría de Ares, decide intentar capturarlo nuevamente en esta fortificación. Pero en realidad, el de Andrade no había acudido al castillo con su familia sino con una pequeña fuerza de combate que había conseguido infiltrar y desplazar hasta allí. Se trataba pues de una trampa para embolsar al ejército de Roí en un punto en el que; teniendo una posición de ventaja (La Fortaleza de Nogueirosa) por un flanco y en el otro la fuerzas combinadas de los tres ejércitos perseguidores poder aniquilar a los irmandiños sin darles cuartel. 
El lado oeste del Castillo de Nogueirosa

Y allí, bajo las aspilleras del castillo de Nogueirosa, y cercados entre las fuerzas en el acantonadas y las que les cerraron la retirada desde atrás, cayeron sin rendirse casi diez mil Irmandiños, una tarde de septiembre de 1431.

Cuenta la leyenda que nuestro amigo Roí; que fue uno de los escasos supervivientes hechos prisioneros por Nuño tras esta batalla; sufrió por parte de Nuño, la amputación de la mano “Para que nunca más espada contra ningún señor alzar pudiere” y después fue arrojado a la misma mazmorra donde anteriormente falleciera Elvira. Allí estuvo por un periodo que, dependiendo de la fuente en la que busquemos, sería de entre treinta y noventa días. Y como Roi no se decidía a morirse, el bueno de Nuño; por ir adelantando trabajo más que nada; puesto que con la mano amputada a golpe de espada y las medidas higiénicas de la época lo normal era morirse o bien por desangramiento o bien por sepsis, decidió enterrarlo vivo.

Lo que son las cosas del Karma. Poco después de todos estos hechos, el amigo Nuño tuvo que enfrentarse al tribunal de Dios; ya que no llego a ver el año nuevo de 1432. Muriendo poco después de la Batalla del Eume y siendo enterrado en el monasterio de Santa María de Monfero. Quién sabe si nuestro buen amigo Roí no acudiría a declarar en su contra al tribunal donde Dios lo juzgase. De lo que yo estoy seguro es de que, en estos casi seiscientos años, Nuño ha debido de tener tiempo de amigarse; si tal cosa le fuese posible; con Pepe Botero allá en el infierno, donde debe estar con casi total seguridad.

No transcurrirían muchos años; treinta y seis para ser exactos; para que se produjera una segunda revuelta y en ella volviera a sonar un nombre que sin duda reconoceremos con solo oírlo.

Pero esto ya es otra historia, que os contare en otro paseo.


Nos vemos en el próximo paseo.

No dejes de seguirme en Facebook, en Flickren Instagram y en Twitter

Y si quieres ver mi página web es esta.



No cuesta imaginar a Roi combatiendo al final del dia
                                   





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger