martes, 19 de junio de 2018

LEYENDA DEL PUENTE DE PONTEDEUME


Quiere el destino que esta noche en la que escribo estas letras sea una noche gallega; en la que cae un torrente ligero, pero a la vez continuo de lluvia, de esos que por estos lugares llaman calabobos, puesto que solo los bobos se creerían que apenas se mojarían en cincuenta metros. Y dado que esta lloviendo hoy pasearemos a un lugar no muy lejos de aquí, para evitar que nos mojemos demasiado en el camino. Coged el paraguas que nos vamos a ver el puente románico de Pontedeume. Llegar hasta el es tan sencillo como partiendo de Ferrol simplemente seguir la carretera en dirección a Betanzos. ¿Preguntas que carretera? Cualquiera menos la autopista; que no es una carretera; para ir a Betanzos desde Ferrol por carretera, el único paso lógico es a través de este puente.


Otra vision del puente
Es el emblema del pueblo, de hecho, es el elemento que da nombre al pueblo. A día de hoy realmente hay tres puentes sobre el rio Eúme en Pontedeume, pero a nosotros solo nos importa uno. El mas antiguo, el de toda la vida del pueblo, el de los cerdos, el de la carretera, el romano.

Si habéis leído bien; escribí romano; y es que, aunque no existen pruebas documentales de peso, se podría ubicar el origen de nuestro puente en uno anterior romano; que probablemente solo tendría utilidad en las mareas bajas que seria mas bien una pasarela y no un puente como tal.

Llegamos al primer puente, que ya si sería un puente medieval; uno de los mas largos en longitud de Europa y además uno de los más longevos; entre 1380 y 1864; que además por su importancia tanto económica como estratégica podría ser considerado como uno de los puentes mas importantes de España y también de Europa.

La primera referencia escrita al puente viene de un escrito del año 1162 por el cual se realiza una donación por la cual se transferían fondos para mantener el puente en buen estado, lo cual nos indica que el puente en el año 1162 ya existía, aunque lo mas probable es que en esta fecha el puente aun fuera de madera.

Será en la primera gran reconstrucción, la del siglo XIV,  en la que se utilizara la piedra; mucho mas resistente que la madera; para la construcción
El puente en la noche.
de esta vía de comunicación entre las dos orillas del rio Eúme, siendo el patrocinador de la misma Fernán Pérez el bueno (O Boo) y si bien los datos acerca de las fechas de construcción son confusos, se cree que las obras comenzaron sobre el año 1380 y terminaron sobre el año 1386; año en el que  se levantaron las dos torres y el hospital del Espíritu Santo; que se ubicaban en los extremos y el centro del puente respectivamente.

El numero inicial de arcos del puente era de setenta y ocho, pero tan solo treinta años después de su construcción en piedra este numero se redijo en siete arcos; quedando su numero en setenta y uno hasta el año 1655 y posteriormente se reducirían a cincuenta y ocho en el año 1721 y a tan solo cincuenta en 1862

Después de algunas otras reformas y reconstrucciones en las que desaparecerían el hospital y las torres, el puente alcanzaría su aspecto actual en el año 1889 pero con algunas variaciones externas. Ahora mismo lo componen tan solo quince arcos y sobre el discurre la carretera N-651 que une Ferrol con Betanzos. 

Ya pudisteis ver que tal y como os dije, el puente no era dificil de encontrar. Dos de los lugares mas adecuados para fotografiarlo son; desde el puerto de Pontedeume y desde el camino de subida que hicimos cuando paseamos hasta la ermita de Breamo. Y otro lugar bastante adecuado es sin duda desde el torreon de los Andrade y el parque del Lombardeiro; lugares de los que ya habiamos hablado anteriormente en nuestro paseo anterior por Pontedeume; lugar al que ya os avise, vendremos bastantes mas veces.

Vista panoramica del Puente Romanico de Pontedeume.
LA LEYENDA DEL PUENTE

Quiere la tradición popular, otorgar la autoría de la construcción de este puente al mismo diablo.  Según nos cuenta la LEYENDA DE “A PONTE DO DEMO”, hace muchísimos años vivió en estas tierras, una hermosa joven que poseía inmensas riquezas y todos los terrenos que había en una y otra orilla del río Eúme. Un día quiso visitar sus haciendas de la ribera opuesta, atravesando el río, por entonces muy poco caudaloso, en una ligera embarcación.

Se detuvo tanto tiempo en la otra orilla, que cuando volvió a buscar su batel para regresar al castillo, se encontró con la inesperada sorpresa de que el río había crecido enormemente y estaba convertido en un brazo de mar, tal y como es hoy.

La barca y los dos hombres que en ella quedaron, habían sido arrastrados por la corriente, esto irritó bastante a la joven dama que precisaba volver de inmediato a su castillo, pues asuntos urgentes la requerían allí. Maldijo su suerte, pero al poco rato, apareció a su lado discretamente, un joven bien vestido que hablaba de muy buenas maneras. Éste, le brindó la oportunidad de atravesar fácilmente el río, sin pedirle a la dama otro favor, que el de marcar con su sello un pergamino que el joven portaba enrollado en su mano.

La ofuscación desesperada de la joven, en su deseo por llegar cuanto antes a su castillo,
El puente visto desde el puerto.
la impulsó a rubricar el pergamino sin detenerse en su contenido. Al pronto, apareció ante sus ojos el puente que hoy atraviesa la ría envuelto en una diabólica humareda, cuyo olor a azufre, apestó la comarca durante varios días.

Al joven no se le volvió a ver hasta un par de años después, que, llamando a las puertas del castillo de la dama, solicitó una audiencia con ella. Entonces, le requirió que cumpliera con lo que habían pactado y sellado en el pergamino, en virtud de lo cual, la impaciente joven dama, se obligaba a entregarle su alma como recompensa de su trabajo, en el momento en que él (el diablo) lo requiriese.

Para cumplir lo pactado, llevó a la Señora a la parte más elevada del puente, ordenándole que se arrojase a las frías aguas del río. Angustiada, la dama pidió protección al Espíritu Santo y el diablo se vio obligado a abandonar a su presa, desapareciendo para siempre.
En el lugar de estos hechos, la noble dama mandó construir una capilla, y desde entonces, al puente lo llamaron Ponte do demo, que quiere decir Puente del diablo, y así fue derivando en Ponte-demo... Ponte-deume...

Nos vemos en el próximo paseo.

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