Denostado, olvidado, odiado por sus iguales…
Multitud de epítetos podríamos apuntar en este artículo en relación con el
personaje del que hoy yo escribo y vosotros leéis.
En realidad, se trata de un personaje, por no
decir el personaje que, independientemente de sus ideas políticas o
lingüísticas, ha sufrido una discriminación por parte de sus hipotéticos
iguales de la cual hasta yo me he terminado por dar cuenta.
Puedes no compartir sus opiniones, puedes no
compartir sus ideas, pero no puedes negar que una persona ha pasado por la
historia, puesto que por más que tu intentes “eliminarlo” la gente siempre sabrá
de su existencia. Como bien indico, en este caso hasta yo conozco el hecho y no
puedo por menos que decir que han intentado ocultarlo, silenciarlo e incluso
borrarlo de la historia.
Me estoy refiriendo a un filólogo y profesor,
no a un político; en ese sentido y como siempre; aquí poco de política vamos a
hablar. Solo la estricta y necesaria para que sepamos todos quien era nuestro
personaje de hoy.
Fotografía de Ricardo Carballo Calero para la
revista "Vida Gallega"en el año 1928.
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Y es que hoy, nuestro ilustre Ferrolano no es
otro sino el vilipendiado, obviado, ninguneado y prácticamente insulsado (¿Se
podrá decir insulsado como adjetivo?) Ricardo Carballo Calero, o también
conocido, aunque él nunca lo utilizaría así en vida; ni durante el Franquismo
ni después de este ni antes de la guerra; como Ricardo Carvalho Calero.
¿El porqué de que lo ningunean constantemente
los filólogos y literatos miembros de la real academia de la lengua gallega?
Pues la verdad es que a mí al menos se me ocurren dos hipótesis bastante
probables. La primera y más sencilla de ellas; así como bastante posible en un
país tan cainita como el nuestro en el que gente como Isaac Peral, por ejemplo,
al que puñetearon bastante con su más famoso invento: el primer submarino operativo
eléctrico. A alguien no le cae bien ni vivo ni muerto Ricardo Carballo Calero.
La segunda posibilidad es que el defendía y
utilizaba, un gallego… vamos a decir que distante de los gustos de los
catedráticos de la época y también de la actualidad. El que promueve la
corriente del reintegracionismo.
¿Y qué es eso del reintegracionismo? Se estará
preguntando más de uno; sobre todo los gallegos que viven fuera de Galicia desde
hace muchísimos años o incluso los que lleváis toda la vida fuera de Galicia.
Pues es la corriente que defiende que el gallego y el portugués forman parte
del mismo diasistema lingüístico. Es en definitiva un punto intermedio entre el
Lusismo que más o menos defiende la integración del gallego en el idioma
portugués y la posición actual de la Real Academia de la lengua gallega. Y…
bueno, todos sabemos que en este país la gente que no se posiciona radicalmente
en un bando u otro suele estar muy mal vista. Así que obviamente los académicos
de la real academia no le dan un día de las letras galegas ni aun siendo
sobornados.
Eso si; le han dado ya día de las letras a
otros escritores muchísimo menos conocidos tales como… Bueno, todos ellos
tendrían algún merito para tener su día, pero quizás nuestro ferrolano Ricardo
Carballo Calero tuviera, objetivamente hablando, más méritos que otros para
tener su día.
Bueno venga, vamos a dejar de hablar de
cacicadas, muy tradicionales en este país, y vamos a centrarnos en quien nos
interesa; Ricardo.
Nacería en 1910, curiosamente la víspera de la
noche de Halloween, el 30 de octubre. Y aunque en aquella época aquí no se
celebraba, pues no deja de ser curioso que a aquel que han intentado
minusvalorar, naciera la víspera de esta festividad celta y, tal y como debería
ser un guerrero celta siempre seria fiel a sus principios, ideas y
pensamientos.
Un jovencísimo Ricardo Carballo
Calero en una fotografía de sus
primeros años de madurez.
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No he conseguido encontrar demasiado acerca de
su infancia, que debió ser una infancia normal en nuestro Ferroliño querido. Lo
que sí sabemos es que curso su bachillerato en Ferrol así que bueno, en la
época pocos lugares para tal cosa había en Ferrol. Podemos hacernos una idea de
donde lo realizo. Con 16 años, en 1926, se trasladará hasta Santiago para
estudiar en la facultad derecho, filosofía y letras además de para cumplir su
servicio militar. Por el camino de todo esto, entraría en contacto con el
galleguismo, lo cual a la larga sería algo definitorio de su vida. Pero no nos
adelantemos.
Ricardo trataría con la práctica totalidad de
los movimientos culturales de la época, pero sin duda alguna con el que más
trataría sería el Seminario de Estudos Galegos. En estos momentos será cuando
dirija su vida a una intensa militancia política en el que se integraría en el
movimiento nacionalista; que en aquella época estaba tan en boga como lo está
ahora o quizás un poquito menos. Tendría una gran presencia además en el
activismo estudiantil e incluso llegaría a ser el presidente de la federación
universitaria escolar de la cual formaba parte.
Con el advenimiento de la segunda república
toda esta militancia política tendría su premio al ser uno de los redactores
del anteproyecto del estatuto de autonomía de Galicia de ese mismo año y además
con su participación en diciembre de este mismo 1931 en la fundación del
partido galeguista.
Llegaría la guerra mientras él se encontraba en
Madrid, puesto que estaba allí para presentarse a la oposición de profesor de
instituto, en la asignatura de lengua y literatura española (Si, has leído bien,
lengua y literatura española) y Ricardo se alistaría en el bando republicano y
seria integrado en el batallón “Félix Barzana” del sindicato FETE-UGT con el rango
de teniente. Su unidad será asignada al frente en la defensa de Madrid
Terminara la guerra y como casi todos los republicanos
que no pudieron o quisieron huir, seria juzgado por separatista; algo usual en
el caso de los políticos regionalistas. En su caso concreto le condenarían a la
pena de doce años y un día. En el caso de Ricardo no le seria conmutada; como
si le paso a otros condenados; pero si le fue concedida la libertad condicional
en el año 1941 pero sin posibilidad de trabajar en cargos públicos.
Con la condicional bajo el brazo regresara a
nuestra ciudad y será, junto a su esposa, profesor de bachillerato en el Centro
de Enseñanza General; que estaba en lo que hoy es el corte Ingles; en el cual,
siempre según las vivencias de sus alumnos que he podido encontrar en bitácoras
en la red o a través del “Un tipo que conocía a otro que…” nuestro Ricardo era un
hombre puntual, irónico, con gran sentido del humor y muy cuidadoso. En sus
clases que eran de lengua y literatura española permitía hablar indistintamente
en gallego o en castellano, pero no permitía bajo ningún concepto el desvirtuar
ninguna de las dos lenguas utilizando la mezcla de ambas; el castrapo vamos. En
esto era muy estricto.
Ricardo Carballo Calero con su mujer en una
fotografía de alrededor de los años cincuenta.
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Y es esta, al menos desde mi particular punto
de vista, una de las razones por las cuales a fecha de hoy a Don Ricardo le
niegan insistentemente su muy merecido sin duda día das letras galegas. Muchos dicen
que, porque era defensor de que el gallego y el portugués forman parte del
mismo diasistema lingüístico, diferenciado del castellano, pero muchísimo mas
conciliador que el lusismo. Yo en cambio, viendo quienes son, quienes votan y a
quienes si les dan su día; independientemente de que sea merecido o no; estoy convencido
de que, a Don Ricardo, el que daba libertad para usar cualquiera de los dos
idiomas; siempre que no los mezclaras; que habiendo sido represaliado siempre
se mantuvo conciliador, no le dan su día por una sencilla razón: NO QUIEREN QUE
LO TENGA.
Mas adelante le dedicaremos, esperemos que coincidiendo con la concesión de su día, un articulo mas exhaustivo. El cual ya estoy preparando y en el que profundizaremos en la vida y obra de aquel que sin duda es uno de los ferrolanos mas "olvidado" por los suyos.
Actualmente, la que había sido biblioteca
personal de Ricardo Carballo Calero forma parte de los fondos bibliográficos
del Parlamento de Galicia desde 1997, año en el que fue adquirida junto con su
archivo personal. La colección está formada por 4872 volúmenes de monografías y
colecciones de 197 títulos de revistas. Entre el heterogéneo material de la
colección destacan documentos personales y docentes, correspondencia, dossieres
y recortes de prensa, obra propia y ajena, así como material gráfico (láminas,
mapas, planos y carteles). Los fondos están depositados en una de las salas de
la biblioteca parlamentaria que lleva precisamente el nombre de “Sala Carballo
Calero”.Mas adelante le dedicaremos, esperemos que coincidiendo con la concesión de su día, un articulo mas exhaustivo. El cual ya estoy preparando y en el que profundizaremos en la vida y obra de aquel que sin duda es uno de los ferrolanos mas "olvidado" por los suyos.
No creo que ningún ferrolano desconozca su obra,
pero por si acaso la desconocierais o, no eres ferrolano, os dejo al final del articulo un listado de
la misma.
Nos vemos en el próximo paseo.
OBRA DE RICARDO CARBALLO CALERO
COLECTÁNEAS
·
Pretérito Imperfeito, 1980.
·
Futuro condicional, 1982.
·
Cantigas de amigo e outros poemas,
1986.
·
Reticências, 1990.
TEATRO
·
Catro pezas (contiene: A sombra de
Orfeo, Farsa das zocas, A arbre, Auto do prisioneiro), 1971.
·
Teatro Completo, 1982.
NARRATIVA
·
Xente da Barreira, 1951.
·
Scórpio, 1987.
ENSAYO
·
Historia da Literatura Galega
Contemporánea, 1963 (reediciones en 1975 y 1976).
·
Sete poemas galegos, 1955.
·
Versos iñorados e ou esquecidos de
Eduardo Pondal, 1961.
·
Gramática elemental del gallego
común, 1966.
·
Brevario antológico de la
literatura gallega contemporánea, 1966.
·
Edición de Cantares gallegos de
Rosalía de Castro, 1969.
·
Libros e autores galegos: dos
trovadores a Valle Inclán, 1970.
·
Sobre lingua e literatura galega,
1971.
·
Particularidades morfológicas del
lenguaje de Rosalía de Castro, 1972.
·
Poesías de Rosalía de Castro, con
L. Fontoira Surís, 1972.
·
Estudos rosalianos, 1977.
·
Problemas da Língua Galega, 1981.
·
Da Fala e da Escrita, 1983.
·
Letras Galegas, 1984.
·
Escritos sobre Castelao, 1989.
·
Do Galego e da Galiza, 1990
(póstumo).
·
Umha voz na Galiza, 1992
(póstumo).
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