miércoles, 30 de enero de 2019

PERSIGUIENDO A LA SANTA COMPAÑA




Meigas, Bruxas, Trasgos, diaños y Mouras. La cultura y la tradición gallega esta llena de cosas sobrenaturales con las que cualquier gallego esta acostumbrado a lidiar. La mas conocida de todas estas tradiciones o leyendas sobrenaturales probablemente sea la Santa Compaña. Y es que ¿Qué gallego no se ha tropezado con ella? ¿O con alguien que la haya visto? ¿O con un tipo que conocía a otro tío que…?

En resumidas, la Santa Compaña es muy tradicional en Galicia. Pero claro, ¿Y que es la Santa Compaña? Es la pregunta por excelencia que se estarán haciendo todos aquellos que no oyeron hablar de ella; aunque seáis gallegos; todos los que pensaban que era simplemente un disco de Los Suaves o una canción de Golpes Bajos, e incluso aquellos que, aunque habían oído mencionarla, la confundían con una empresa de gestión de eventos y espectáculos gallega.
La antigua leyenda no le es extraña a los artistas urbanos
 que pueblan Galicia en nuestros días. Espectacular graffiti 
sobre la Compaña.
Bueno, pues la Santa Compaña no es otra cosa sino una procesión de animas que a partir de las doce de la noche sale de su cementerio para pasear por las parroquias. Estos paseos, por supuesto no se hacen por hacerse, tienen un cometido. No pensarías que los difuntos se levantan para irse de fiesta tal como dice la canción de Mecano. En otras partes de España quizás, pero en Galicia, en Galicia las animas van a pasar revista a los próximos componentes de la Santa Compaña. Es decir, van a advertir de donde se va a producir un fallecimiento más o menos inminente.

Lo cierto es que, en realidad, los gallegos en esto no somos tan originales. De hecho, al rascar un poco en la superficie de la Santa Compaña, descubriremos que simplemente somos los que tenemos la mas popular de todas. Nuestra Santa Compaña es casi como si dijéramos la Super estrella de las procesiones de ánimas de la Hispanidad.

Preguntémosle a alguien de Castilla acerca de la Estantigua, o de la “Huest Antiqua” si lo preferís, es muy posible que no sepa de que le estáis hablando. También podríamos preguntar; dependiendo de la zona de España por la Güestia, Güéspeda, Estadea, Hoste, Genti de Muerti o directamente abreviar preguntando por la Compaña. Porque resulta que desde Barcelona hasta Finisterre y desde Bilbao hasta Tarifa, si la sabemos buscar, encontraremos alguna leyenda acerca de un grupo de muertos que salen por las noches después de las doce a pasear; como en la canción de Mecano.

Si bien el hecho de que se la conozca como Santa Compaña es un error, puesto que la compaña podrá ser muchas cosas, pero desde luego Santa como tal, no. Se podría considerar que denominarla Santa es un acto apotropaico para defendernos de su mal.  Cosa por otra parte bastante común en nuestras tierras gallegas. Común el acto apotropaico quiero decir, el mal, por desgracia, es común en todo el planeta.
Por muy chulo que pueda parecer el cementerio al 
anochecer, debemos recordar que la compaña saldrá 
en procesión puntualmente a medianoche. Quizás 
debiéramos abandonar el camposanto antes de esa hora. 
Pasemos al aspecto de esta, que siempre va a depender un poco en función de la zona en la que nos encontremos y la tradición que escuchemos, pero que siempre respetara, mas o menos unos cánones, digamos que estéticos.

A la cabecera marchara una persona, que porta una cruz y en diversas versiones también llevara un cubo o caldero con agua bendita. Este individuo, que es visible para todos, es una persona que esta viva en realidad, y que fue interceptado por el anterior porteador antes de que pudiera protegerse, recibiendo de el tanto la cruz como el caldero del agua. Este guía de noche, no recuerda por el día que tiene pluriempleo con la compaña por las noches, por lo cual no descansa e ira enfermando hasta que o bien muera o bien pesque a algún despistado al que pasarle cruz y caldero, con lo que el quedaría liberado. Así que mucho ojito con cogerle crucifijos grandes a desconocidos por las noches en Galicia.

Tras el incauto vivo del que hablábamos marcha el que corta realmente el bacalao. Un espectro mayor al que seguirán todas las animas que conformen la procesión. Dependerá del lugar; si se trata de una mujer sin rostro, de un poderoso condenado en el mas allá, de un guardián del purgatorio o directamente de la muerte, que a veces también procesiona con la Compaña. En cualquier caso, tras este espectro mayor, marcharan en columna de a dos todas las demás animas que componen la procesión.

Finalmente, como ya indiqué, marchan las animas. Estas van rezando rosarios, entonando canticos fúnebres y salmos, así como tocando una pequeña campana que llevan en una mano, mientras que en la otra llevan una vela de tipo Hacha o Cirio. Van encapuchados bajo una túnica, que depende de quien te lo cuente, incluso en la misma zona, o bien es blanca o bien es negra. A medida que avanzan, los sonidos del bosque y de la noche desaparecen, los perros ladran y aúllan como si no fuera a haber un mañana y los gatos; quizás mas inteligentes; salen del lugar tan deprisa como les pueda ser posible.
Quien sabe si el aspecto del espectro mayor, el que 
dirige la compaña justo detrás del guía humano y vivo no 
se pudiera asemejar tal vez a este de la imagen...
Claro que no todo el mundo puede “disfrutar” de este espectáculo. Tan solo aquellos que al ser bautizados recibieron por error el oleo de los difuntos y aquellos que poseen una especial predisposición podrán observar la procesión al completo. Los demás tendremos que conformarnos con ver al mortal que les encabeza, escuchar las oraciones, los toques de campana y los canticos, sentir el aire que levantan al pasar y oler la cera quemada y el incienso.

 Ya en la edad media, el clérigo Gonzalo de Berceo la cita en el ultimo de sus milagros de nuestra señora. Vale que la cita como la Hueste Antigua, pero con leer la descripción ya sabes que se trata de la compaña. En este ultimo capitulo de su obra, Berceo menciona a un personaje que era muy popular en aquella edad media, Teófilo el Penitente. Se trata de un clérigo, ruin y envidioso que no consigue ascender en su carrera porque su obispo “le tiene manía”.

Este simpático personaje, vete tu a saber si porque el obispo le tenia manía o porque había visto que era un trepa y un envidioso, ve como su carrera eclesiástica se va disolviendo sin triunfar y decide venderle su alma al diablo a través de un “Mago Judío” que le pone en contacto con la santa compaña que le llevara hasta el comprador; ósea hasta el diablo. Finalmente será la virgen quien se apiade del pobre Teófilo, y le permita recuperar su alma para morir inmediatamente después. Por lo cual, al estar en el purgatorio durante algún tiempo es posible que el bueno de Teófilo pudiera ser ese espectro mayor del que hablamos antes.

También será utilizada por Cervantes en su novela de novelas, El Quijote. En ella existe un episodio en el que Quijote confunde una comitiva de un bachiller y varios frailes que realizaban el transporte de un difunto desde Baeza hasta Segovia con la Huest Antiqua y, claro, carga contra ellos. Una vez aclarada la confusión Alonso Quijano (Don Quijote) exclamara:

“El daño estuvo, señor bachiller Alonso López, en venir, como veníades, de noche, vestidos con aquellas sobrepellices, con las hachas encendidas, rezando, cubiertos de luto, que propiamente semejábades cosa mala y del otro mundo; y así, yo no pude dejar de cumplir con mi obligación acometiéndoos, y os acometiera, aunque verdaderamente supiera que érades los mesmos satanases del infierno, que por tales os juzgué y tuve siempre...”
La mejor protección para evitar que la Compaña 
nos atrape sin duda es estar dentro de la protección 
de cualquiera de los cruceiros que existen. 
Es importante recordar que la protección solo 
se extiende al limite de los escalones.
Según algunas de las leyendas; bueno más bien la mayoría de ellas; la compaña sale siempre en busca de algo o de alguien. Ósea siempre sale con algún motivo que por norma general podría ser uno de estos:  Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Según las leyendas quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año, para reprochar a los vivos faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, aquel que la haya cometido, recibirá la visita de la Compaña para que la encabece condenándolo así a vagar hasta que otro mortal le reemplace, para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión o para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.
Claro que siempre que nos tropecemos con la compaña podremos defendernos de alguna de las siguientes maneras y así evitaremos pasar a formar parte de ella: Abrir los brazos en cruz y pronunciar “Jesucristo” cuando te vayan a dar la cruz. Responder "Cruz ya tengo" cuando el vivo que lleve la cruz intente dar la cruz diciendo "te toca a ti" o "toma tú". Llevar y mantener los brazos cruzados. Llevar las dos manos ocupadas, con una piedra, un palo, o cualquier objeto que nos impida coger la cruz y la marmita. Dibujar con tiza un círculo en el suelo y meterse dentro mientras la Santa Compaña pasa. Si no consiguieras ninguna de estas posibilidades; ni lo dudes ¡Corre!
Aunque sin duda ninguna la más eficaz de las maneras es esta que cuenta la leyenda: La Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si este se halla en los peldaños de algún cruceiro de los situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo.

Ahora que ya conocemos un poquito mas de esta curiosa procesión, en próximos días podremos hablar de ellos con mas detenimiento. Desde cual es su origen mas probable hasta curiosos lugares donde podríamos encontrarnos con ella.

Nos vemos en el próximo paseo.

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