ULF; EL VIKINGO MAS GALLEGO

Es posible que no lo sepáis; pero allá por el siglo IX de nuestra era, aquí hasta nuestras tierriñas gallegas venían regularmente unos señores altos, fuertes y muy a menudo rubios a hacer lo que vamos a llamar “Turismo lucrativo”.

De entre todos aquellos educados turistas que venían a visitar nuestras tierras; no vayamos a ofender a nadie llamándoles Vikingos o diciendo que saqueaban, arrasaban, mataban y violaban; sobresalió uno. Uno entre todos por sus correrías y por su eficacia. Destaco tanto hasta entre los suyos que ellos le llamarían Jarl Galizu-Ulf; o traduciendo del nórdico antiguo: Rey Ulf, El Gallego.

La cultura vikinga aun hoy en día despierta muchísima 

admiración no solo entre los nórdicos en general sino 

también entre aquellos que antiguamente fueron 

"victimas" de sus saqueos.

No es que este simpático, astuto y carismático rey Vikingo naciera en Galicia; la cosa es que entre los pueblos nórdicos; como en casi todos los pueblos; asignaban el sobrenombre o apodo a raíz de algo característico de la persona apodada. Por ejemplo, Erick El Rojo; descubridor de Terranova; casualmente era pelirrojo. Por lo cual podemos deducir que en el caso del amigo Ulf, lo característico en su caso era venir hasta Galicia para saquear, matar, hacer esclavas mas que esclavos, y quemar hasta los cimientos de los lugares a los que llegaba como el monasterio del Couto, por ejemplo. Las tradiciones de la época, no les hagamos demasiado caso.

Ahora viene la clásica pregunta ¿Quién diablos era este tal Ulf, y por qué sus vecinos y amiguetes de hidromieles, cervezas y saqueos le llamaban así? ¿Sería tan salvaje como cuentan las crónicas medievales o es como la leyenda negra que los Hijos de la Pérfida Albión llevan siglos extendiendo sobre España y los españoles? La mejor manera de descubrirlo, es sin duda investigarlo y averiguar quien fue Ulf.

Navegando en Drakar, embarcaciones aparentemente 

muy endebles, llegaron a los lugares mas insospechados. 

Gracias al poco calado de los mismos podían remontar 

ríos y llegar a tierras interiores con relativa facilidad.

Lo primero que debemos saber, es que nuestro Vikingo no venía de Trondheim sino de mucho más al sur; Ulf era danés. Lo segundo que debemos tener en cuenta sobre él, es que fue sin lugar a dudas el precursor de la moda entre los europeos del norte; alemanes, daneses, suecos… de venir a vivir a España; aunque cuando él lo practico todavía no existiese España como nación; puesto que aprovechando que había tomado un cierto territorio, decidió quedarse en él y gobernarlo. Así que de ahí le vendría el apodo de El Gallego. Algo parecido a lo que nos pasa a nosotros cuando la familia que emigro a Suiza a trabajar regresa después quince o veinte años para quedarse otra vez a vivir aquí; que les conocemos en el pueblo como los suizos. Pues en el caso de Ulf es lo mismo.

Nacido en el año 1000 de nuestra era, se trataba sin duda de un hombre valiente, puesto que las crónicas le sitúan ya en la expedición de Olaf Haraldson en el año 1015; esto viene a ser que vino a hacer “turismo" a nuestras tierriñas con catorce añitos, y míralo que majo el, lo bien que debía dársele aquello de talar cabezas de enemigos armados, de campesinos, de frailes… que desde aquel entonces ya no dejaría de venir por Galicia; incluso se quedó a gobernar Galicia. Al menos una parte de ella.

Vista desde el interior de un Drakar. Aquellos barcos con 

los que los vikingos llegaron sin ir mas lejos a Santiago 

de Compostela o por ejemplo a Paris. Obviamente en este 

caso el Drakar es una reconstrucción.

Ulf volvería a nuestras tierras con ánimos de quedarse allá por el año 1028, cuando reinaba en León Bermudo III el Mozo; niño de once años que acababa de recibir el trono a raíz de la muerte en combate de su padre en el asedio de Viseu; en lo que hoy es Portugal. Este hecho evidentemente favoreció que Ulf se pudiera aprovisionar, rearmar, posicionar y asentarse con el grueso de sus fuerzas en nuestras tierras, puesto que los nobles de la zona estaban más pendientes de los devenires de la corte de León que de la llegada de Ulf, y cuando quisieron prestar atención a Ulf… bueno Ulf estuvo en Galicia casi veinte años. Y durante esos casi veinte años gobernó, se alío e incluso sirvió como mercenario para los condes de la zona. Esto nos da una idea acerca de los ejércitos señoriales de la época y de la importancia que tenían en la época las fuerzas mercenarias, dado a que se trataba de tropa bien entrenada, bien equipada y experimentada en combate; cosas que a veces las tropas de los señores feudales no cumplían al cien por cien. En el caso de los mercenarios; cuyo primer oficio era la guerra y el segundo también era la guerra; una pequeña fuerza presente en el campo de batalla, siendo bien empleada, sin duda marcaria la diferencia. Este era el evidente caso de Ulf. Y es que sus hombres en el fragor del combate, marcaban esa diferencia en la batalla.

Los vikingos del siglo XI bien podían tener un aspecto 

similar al de este figurante en una feria vikinga. 

Algo parecido a nuestras ferias medievales pero 

que se realizan en Escandinavia.

¿Era muy habitual en la época un caso como el de Ulf? Pues como gobernante de un territorio en la historia de España no; pero como mercenario en aquella Proto-España en la que nos encontramos, pues sí que era algo muy frecuente. No olvidemos que, al fin y al cabo, el mismísimo Rodrigo Diaz de Vivar “El Cid” era un mercenario con su propia fuerza de combate.

En fin, que la cosa viene estando tal que así: Ulf que ha desembarcado en el área de Catoira, esperando cierta resistencia, no solo saquea a sus anchas, sino que además los nobles de la época le dicen que por favor que saquee lo que quiera pero que no moleste, que están ocupados en sus propias diferencias. Entonces Ulf pregunta si puede hacer algo para mediar en esas diferencias y, el conde de Romariz le dice que podría unirse a su bando y matar a sus enemigos. Y es aquí cuando Ulf saca del bolsillo la hoja de tarifas y decide quedarse durante los siguientes veinte años facturando guerras a su principal cliente; el Conde de Romariz. Es tal el buen trato que alcanzaron que cuando el de Romariz cambio de bando para ponerse a favor del rey mozo, Ulf simplemente juro lealtad al rey mozo en nombre del oro que le pagaba el de Romariz. 

De hecho, En estos veinte años, solo retorno a Dinamarca para casarse con la hija del Jaar Haakon Ericson, Bodil Haakonsdottir, y luego retorno con su esposa hasta sus territorios en Jakobsland. Bodil le daría un hijo al que irónicamente los demás conocerían como “Trugot Fragreskinna” O lo que es lo mismo Trugot el de la piel pálida. Sea como fuere la cuestión es que Bodil y Ulf eran daneses nórdicos. Si atendemos a la lógica solo puede haber un motivo por el que el hijo de Bodil y de Ulf fuera apodado “El de la piel pálida” que fuera irónicamente y el mas bien fuese de piel oscura. No se me ocurre ningún modo de que el niño tuviera un aspecto más latino que… Bueno Ulf estaba fuera a menudo guerreando y Bodil… digo yo que una chica danesa del siglo IX tendría que intentar hacer por conocer gente en el reino al que había acudido. ¿O no?

La casa desde la que partiría el joven Ulf por primera vez hacia la aventura y a la que posteriormente retornaría  podría tranquilamente tener este aspecto, no olvidemos que Ulf era un noble Danés hijo de un noble Sueco.

Así pues, desde alguna parte cercana a Catoira Ulf gestiono durante esos veinte años, tanto a los campesinos como todo en general; cuando estaba, cuando no estaba probablemente la que cortaba el bacalao era Bodil, que debía de ser una mujer de bastante cuidado si nos atenemos a que su hijo Trugot, es el padre de la Reina Bodil. Es decir, la esposa de Ulf coloco a su nieta en la corona danesa, además de ser también bisabuela del primer santo cristiano danés; Canuto Lavard. Es decir, la cantidad de cosas que se debió de llevar Bodil de aquí de Galicia, un hijo, la religión de Jakobsland… parece que los gallegos también marcamos algo en Dinamarca.

Salvando las distancias los 

drakar se podían ver asi

¿Y cuando decide ulf marcharse? Tras la batalla de Catoira (Si, la del festival Vikingo) del año 1048; que probablemente no era un desembarco sino más bien una batalla a orillas del mar o incluso una invitación para Ulf a abandonar nuestras tierras por parte del obispo Cresconio apoyado por el rey siguiente a Bermudo III; Fernando I; que veía en Ulf cierta amenaza, puesto que si por Bermudo juro a cuenta del oro de los de Romariz, en el caso de Fernando I no habiendo apoyo del de Romáriz, Ulf tampoco estuvo por la labor de apoyarlo, mucho menos de jurarlo.  Así pues, esta batalla, en la que fue derrotado por el obispo Cresconio, significo la despedida de Ulf y su vuelta a casa después de estar veinte años emigrado. Esto lo entendemos todos los gallegos, creo. Eso sí, pese a la derrota es evidente que tuvo buen tiempo para evacuar a sus gentes y todo el tesoro que había reunido en aquellos casi veinte años de gobierno y combates en aquella convulsa península ibérica del siglo IX. Lo que indica que aun era temido y respetado a pesar de su derrota.

¿Como sabemos que se llevó consigo su tesoro? Pues bueno, hace relativamente poco tiempo, en enero de 2017 para ser exactos, encontraron junto a una carretera en el norte de Dinamarca una importante serie de tumbas vikingas, las pruebas en ellas encontradas, señalan casi sin dudas que pertenecerían a Ulf y sus hombres. Y si tenemos en cuenta que Ulf paso veinte años en Galicia, no deja de ser curioso que su tumba, terminase apareciendo en una cuneta.

Nos vemos en el próximo paseo

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Quien sabe si Ulf no se asemejaría al vikingo de esta estatua.