miércoles, 18 de julio de 2018

UN PASEO POR LAS FERIAS MEDIEVALES



Imagen de la feria de Betanzos 2017
Este año, que ha estado de tiempo bastante extraño y que tampoco está siendo favorable a la hora de organizarme para ir a los eventos; (¿A quién se le ocurre hacer el mismo fin de semana la fiesta del pulpo de Mugardos, la feria medieval de Narón, el festival Mundo Celta de Ortigueira y unos cuatro o cinco eventos más?) En este caso los eventos que he escogido han sido dos, la fiesta del pulpo de Mugardos; de la que hablaremos en la próxima entrada; y la Feria Medieval de Narón; podrían haber sido otros cualquiera de los muchos que había por mi pequeña ferrolterra; pero este año he escogido estos. Hoy, en realidad  pasearemos por las ferias medievales en general. Y ya que la de Narón es la primera a la que voy este año; despues de otros dos intentos; Pontedeume y Betanzos; y ya que llevo alrededor de tres semanas queriendo escribir sobre las ferias medievales, pues he decidido que esta semana ya no se me puede escapar. Vamos pues a ello.

UN PASEO POR LAS FERIAS MEDIEVALES

Trabajos artesanos que hechos con piñas piñoneras
Llegado el verano, a veces casi sin que acabe de llegar, se origina un fenómeno curioso hoy en día. Este curioso fenómeno es el de las ferias medievales. Aquí en Galicia las hay por doquier, habida cuenta de que aquí los musulmanes llegaron, conquistaron, más pronto que tarde los reyes de Asturias los echaron a patadas… pues tiene cierta lógica que se puedan hacer ferias medievales sin la “presencia Sarracena” aunque he de decir que en las ferias del medievo que he visto por aquí, la composición histórica; en lo que respecta a los personajes, es más o menos aceptable. En todas ellas puedes encontrar la tetería árabe e incluso el lugar de comida árabe. Luego ya cuando llegamos al tema del Kebab, las patatas fritas y las hamburgueserías es cuando la cosa pierde su gracia.

Carmen, la artista artesana de la que os hable.
En fin, volvamos a esa tetería; están guais, molan un montón, están llenas de cristianos… Demostrándonos una vez más que, ante todo; los propietarios de negocios musulmanes; son primero propietarios y después musulmanes. Esto es bueno para el negocio. No se debe anteponer jamás la religión a tu medio de vida, siempre encontraras, eso sí, a algún capullo que lo haga al revés.

Otra cosa que encontramos siempre en las ferias medievales es el sector de los artesanos, en esto bueno, no es que podamos ser muy rigurosos, por más que a mí me gusta pensar de un modo meticuloso y preguntarme “¿Esto podría darse en la baja o alta edad media? Si me puedo responder que si entonces paro a ver el puesto con más detalle; en cambio sí me tengo que responder con un sencillo “no” o un más completo “ni de coña” entonces en ese puesto, por más chulo que sea o por más cosas útiles, interesantes o necesarias tenga. Si voy a sumergirme en la “magia” de la edad media, no voy a recoger un Power Bank o unos mecheros de tipo bic. De coger mechero, buscare uno que pudieras encontrar en el medievo; aunque sea a finales del mismo; uno de los míticos de cuerda y mecha.

Pulpos, peces y tortugas. Todo va en juegos
Pero bueno, lo cierto es que en el medievo cada cierto tiempo en las villas, pueblos y lugares de cierta importancia tenían lugar los mercados donde los artesanos vendían sus productos y bueno; yo este año encontré una artesana; Carmen, que regenta Labores de bebe, que me pareció interesante. No sé si será porque hace cosas que me habría encantado comprar hace un año y tanto para mi hija a o porque realmente lo que cose, borda y teje es, sencillamente, muy original y me recuerda las cosas que, hacia mi madre, o porque lo mezclo todo y además le añado que son una gente encantadora, maravillosa y rebosante de amor por su trabajo; que representan al cien por cien lo que un artesano; ya sea en el siglo XII o en el XXI; debieran ser. De hecho, las imágenes de artesanía en punto que acompañan este artículo, son imágenes de su trabajo que no he podido resistirme a enseñaros aquí.

Hay ferias que en rigor tienen más rigor que otras, por ejemplo, en la feria de Pontedeume, para participar como animadores por las calles cual músicos callejeros del siglo XIII, las primeras ferias por lo menos, exigían si querías llevar algún instrumento sospechoso de no haber estado presente en la época en cuestión en la zona en cuestión tenías que exponer si habría sido viable que este hubiera estado presente en el Pontedeume medieval. En el caso del Djembé la respuesta fue favorable. Menos suerte tuvieron las guitarras, herederas de las Bandurrias que inicialmente fueron vetadas. Evidentemente se excepciona el hecho de que deban ser electroacústicas, pues entre el gentío y el ruido de no ser así, no se escucharían. Lo cual nos da una indicación de que en aquellos tiempos aparte de más salvajes eran también más respetuosos con los juglares, dado que les debían permitir tocar, aunque solo fuera para decidir si los tiraban luego al rio.

En el caso de la feria de Narón, me pasa un poco como con la feria de Ferrol, molan, pero el fondo que tienes rompe en muchos casos la “magia” de la que hablaba. En el caso concreto de Narón, se celebra en el parque de Freixeiro, con la autopista pasando justo por encima, si a esto le sumamos los edificios modernos que rodean el parque… bueno la magia se disipa en un momento no demasiado largo. Aun así, es muy de agradecer, el esfuerzo de los artesanos itinerantes como Carmen, o de los artistas de todo tipo que se reúnen en torno a la celebración de estas ferias medievales; y que pese a todas las dificultades que se encuentran, consiguen en cada feria, acercarnos un poco a las sensaciones que debía sentir un campesino del medievo cuando llegaba a la villa en día de mercado.
El juego que a mi mas me gusto de largo.






Nos vemos en el próximo paseo.

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