viernes, 6 de agosto de 2021

MUGARDOS Y SU PULPADA MAS FIESTERA


En verano cada esquina de Galicia es una fiesta.
Llega el verano, y ya lleva con nosotros casi un mes. El verano en Galicia suele ser un no parar. El otro día alguien preguntaba en uno de los grupos de Facebook donde suelo publicar; tanto este blog como las series y colecciones de fotos; acerca de en qué pueblos podría encontrar fiestas tres días determinados del verano. A saber, los días eran el 13, el 14 y el 15 de agosto. Evidentemente la respuesta más lógica que le dieron fue que casi le daban la lista de los lugares donde NO habría fiesta esos días; principalmente porque la lista terminaría muchísimo antes.

Y aunque es cierto que aun estamos en el mes de julio y que para el puente de agosto llegue aún nos queda casi un mes, voy a aprovechar que este fin de semana no, el anterior, fue la fiesta del pulpo de Mugardos; veintiocho años que llevan con ella, ojito; para hacer un pequeño recorrido por el pueblo y dejaros algunas fotos y contaros un poco acerca de este pueblo marinero de la ría de Ferrol. En si os voy a hablar de los orígenes de esta fiesta gastronómica que cada año tiene más y más aceptación.
La fiesta en todo su explendor.

Considerada por la Xunta de Galicia como fiesta de interés turístico desde su edición de 2009; es decir; desde su decimonovena edición, se celebra siempre el segundo sábado de julio. Lo que la suele hacer coincidir con las fiestas del Carmen, patrona de la villa. Resumo la situación esa semana en Mugardos lo más brevemente posible, e incluso parafraseando a Pocholo Bordiú, Fieeeeesssssta.


Ahora en serio, el resumen es mucho mejor para este pequeño pueblo marinero de lo que puedas imaginar. Es un día en particular en el que, si vas a comer a Mugardos sin reservar antes, te puedes encontrar comiendo a las cinco de la tarde casi con total seguridad, sobre todo en la zona del puerto, dado que la carpa de la fiesta se suele situar en el parque de la constitución que es ese sitio al final del puerto, pasando la casa del reloj, que tiene más bien pinta de aparcamiento. A más te acerques a la carpa más dificultad tendrás para conseguir comer pronto. En nuestro caso, y como conocemos la situación, fuimos a comer directamente a la cafetería del casino, donde nos trataron de maravilla; aunque como en cualquier parte en este día, tuviésemos que esperar. Siempre tienes las opciones de encargar la comida el día de antes y hacer reserva. Cualquiera de ellas esta bien, pero es sin lugar a dudas algo mucho menos aventurero. Y es que el día de la fiesta del pulpo; ese día; conseguir comer en Mugardos es toda una aventura. Y es que en un solo día se plantan en Mugardos alrededor de las quince mil personas. Para un pueblecito que en todo su municipio tiene unos cinco mil habitantes, pues estamos hablando de cuadruplicar su población, pero además hablamos de meterlos a todos en el propio pueblo, en su casco urbano. Las fotos que os pongo os harán ver la situación tal día como la fiesta del pulpo en tal sitio como Mugardos.
Solo pasa una vez al año.

Es un día de espectáculos múltiples y variados en el pueblo. Este año, además, lo han planteado un poco al estilo de los Sanfermines o de los montones de fiestas que recorren nuestra geografía y que vienen a durar una semana larga o diez días. Haceros una idea que el pulpo del puerto lo encendieron el viernes 13, y las fiestas han llegado hasta el día 22; razón por la que he tardado toda la semana en publicar el post. Las fiestas de este año aún estaban en marcha.

La actuación inaugural corrió a cargo de uno de los grupos más curiosos que yo me haya tropezado: EntrElas; que son un grupo de voz femenino, solo vocal sin más, puro a Capella. Que además suenan muy, pero que muy bien. Mientras estas mujeres cantaban se procedió al encendido del pulpo, como ya dije antes, este año se lo han montado al más puro estilo superfiestas, unificando las fiestas del Carmen, las del pulpo y añadiendo un par de días más para dejarlo todo al completo; porque como bien sabemos, en este país el tema vámonos de fiesta es un tema que rehuimos y que no nos gusta nada. Y ya si hablamos de raciones de pulpo a 10 euros y de empanada de pulpo a 2 euros pues vamos a contar gente que quiere venir que seguro que suma un buen montón. A las fotos me remito. Están hechas a eso de las cinco… de la tarde
El pulpo LED, que este año decoro el puerto y el Canton.
.
Bien, el funcionamiento del como comerte una de las riquísimas raciones (Si te gusta el pulpo, a mí no es que me encante, pero, a las chicas de la casa les pirra) es como en cualquiera de estos festivales de comida que ahora se estilan tanto como las ferias medievales. A partir de una hora se abren las taquillas o billeteras. En el caso de Mugardos es siempre a las 12 del mediodía. Después, pasado un tiempo determinado; en el caso del que estamos hablando concretamente será una hora; abrirán las carpas donde te reparten las raciones y donde, claro, te comes las raciones.

El año pasado, algún politiquillo tuvo la feliz idea de intentar privatizar la fiesta y convertirla en su particular negocio, pero aparte de la comisión que se llevaría, lo único que consiguió fue que la gente dijera que la empresa que se hizo con la contrata no tenía ni puñetera idea de cocinar pulpo, que las raciones eran diminutas, y que además el pulpo era un asco. Este año tampoco lo han vuelto a gestionar quienes realmente saben de pulpo; es decir, los Mugardeses, que si habían conseguido por si mismos que su fiesta del pulpo tuviera la categoría que tiene, sin ayuda de empresas de fuera; no deberían necesitar “ayuda” de ningún mangante político para defender la calidad de su fiesta. Y de hecho por lo que se ve, y hasta donde llegaron ellos solos, no la necesitaron. Este año el mismo politiquillo ha confirmado la privatización de la fiesta, asignándole la contratación del cocinado del pulpo a otra empresa de fuera para mayor insulto a aquellos que llevaron la fiesta hasta el lugar en el que está hoy. Por lo menos en esta ocasión no ha habido tantas protestas acerca de la calidad del pulpo; claro que los que de verdad saben de pulpo, no fueron a comer a la carpa, sino que lo comieron en los bares del puerto; o como hicimos nosotros en cualquier otro local regentado por quien de verdad sabe de pulpo, por alguien de Mugardos.

Bien, después de comer, suele haber desde pasacalles; también los hay durante la comida, pero fuera de la carpa; hasta actividades para niños. Casi a las 17:30 se presentaron los Kilomberos, que partiendo de los Helvetas la montaron brutal a golpe de tambor, djembe, y demás adminículos de percusión. Es a esta actuación de percusión-batuka/pasacalles a las que pertenecen algunas de las fotos que acompañan este post.

Uno de los Pulpos de globos que repartio el ayuntamiento.
Luego, una vez entrada ya la noche, una orquesta termino de amenizar esta primera jornada de las fiestas del Carmen, camufladas bajo las fiestas del pulpo. De este fin de fiesta nada os puedo contar puesto que este guía vuestro se retiro a casa terminado el pasacalle de los Kilomberos a leerle un cuento a su pequeña princesa.






Nos vemos en el próximo paseo.
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Todo tipo de espectáculos callejeros se dan cita en la fiesta del pulpo

sábado, 12 de junio de 2021

ARES Y SUS ALFOMBRAS DE FLORES


Hemos decidido mantener la portada que iba a llevar originariamente este articulo cuando se redacto en 2019


No nos damos cuenta en realidad de la razón que tenía Benjamín Franklin al decir aquello de que “Quien para conseguir algo de seguridad esta dispuesto a renunciar a algo de libertad, no merece ni la una ni la otra y sin duda perderá ambas”. Ya llevábamos cierto tiempo viendo como sigilosamente recortaban nuestras libertades “en bien de la seguridad” pero desde marzo del año pasado… Bueno, todos sabemos mas o menos como ha sido el año uno de la “era COVID”. Ya hemos hablado en alguna ocasión, al hacer los lanzamientos en redes sociales de los artículos de este blog, acerca de los eventos damnificados por la famosa “pandemia” y hoy nos vamos a referir a como han tenido que evolucionar algunos eventos para sortear esa extraña costumbre de prohibir que a determinados individuos (Que no cumplen sus propias prohibiciones) les ha dado por imponernos a todos los demás. En concreto vamos a ver la evolución del Corpus de Ares y sus alfombras.  

Lo cierto es que las alfombras eran algo muy vistoso.
Sin duda uno de los eventos que mas me han 
llamado la atención. Por lo efímero del evento en si y
por el trabajo contra el reloj que hacían los vecinos
Antes del coronavirus en Ares la noche antes del corpus era un auténtico no parar. Mil metros de calles, una gran cantidad de dibujos hechos con tiza en el suelo, una buena cantidad de gente robándole horas al sueño para hacer de su día grande el día más grande del año e intentando que sea más grande que el año anterior. Fe, devoción, atracción del turismo, celebración de primeras comuniones… Todo ello se reunía tal día como el día de Corpus Christi en el centro de Ares.

Se dice fácil en cifras, pero si nos paramos a pensarlo era un trabajo duro porque, hacer alfombras de casi un kilómetro con más de veinte toneladas de todo tipo de artículos florales y hacer los dibujos que queremos (O que alguien ha marcado en el suelo) diez minutitos no nos iban a llevar. Y si además tenían la mala suerte de que empezase a llover; cosa por otra parte bastante normal en el mes de junio en Galicia (Oiche neniño, Galicia e así e a os galegos gústanos que sexa así) pues bueno… Era un trabajazo.

Ahora, en estos tiempos de COVID pues la cosa ha cambiado bastante. Siempre en “bien de la seguridad” todas las administraciones publicas han recortado toda clase de derechos, y en aras del miedo que la población a aceptado cuando se lo han regalado en la televisión entre esos derechos se encontraba el de reunión. Así que las alfombras de ares se han tenido que reinventar. Ahora, el ayuntamiento de Ares pide a los comercios, a los ciudadanos, al pueblo de Ares en general, que decore con flores sus portales, escaparates y balcones. De hecho, para animar a la gente a realizar este “sucedáneo” de las alfombras, hasta han creado un concurso y todo.

Y es que en esto de montar alfombras de flores nos encontrábamos con unos veteranos, grandes conocedores del oficio y capaces de hacer tres mil metros cuadrados de alfombras en una noche. los miembros de la asociación “Alfombra Floral de Ares” que llevaban montando alfombras desde 1983, es decir a fecha de 2019; ultimo año sin miedo; llevaban ya treinta y seis años.

En estos treinta y seis años anteriores al miedo habían llevado su evento y celebración a estar consolidada como referente en el norte de Galicia desde 1986 y declarada en 2011 fiesta de interés turístico gallego, lo cual; una vez visto el trabajo que realizaban; me parece poco reconocimiento.

Porque no os creáis que debía de ser una tarea fácil crear cada año un kilometro de alfombras por tres metros de ancho; lo que vienen a ser, como ya habíamos calculado antes, medio campo de futbol. Y es que igual, así sin verlas en directo, pues te parecen un poco… yo que se, muy poca cosa. Pero para que nos hagamos una idea clara del tamaño del trabajo que esta asociación realizaba, os diré que si las alfombras de Ares hacen unos tres mil metros cuadrados; un campo de futbol apto para partidos internacionales (Cualquiera de primera división vaya) anda en torno a los seis mil cuatrocientos metros cuadrados. Es decir, las alfombras de Ares cubrirían tranquilamente; como ya dijimos; medio campo de futbol.

Estas alfombras, que tanto esfuerzo habían llevado para su realización, desaparecían en la tarde del domingo cuando los niños que hacían la primera comunión procesionaban sobre ellas, partiendo de la iglesia de San José y recorren los mil metros de estas alfombras.

Ares era un autentico bullicio el día del Corpus. Desde
que comenzó esta "nueva era" ni Ares, ni sus eventos,
ni los eventos de cualquier lugar han sido lo mismo.
Pero no solo era el esfuerzo de diseñar, dibujar y confeccionar estas alfombras, sino el asunto de la recolección del todo el material vegetal que lleva un tiempo de estricta programación, empezando por el verde y terminando por las ultimas flores que se colocan intactas en sus posiciones finales.

Era sin duda un esfuerzo que culminaba con unas alfombras como las que podéis ver en las imágenes del 2019 que acompañan este artículo y que desde aquel ultimo corpus antes de la “era COVID” no se han vuelto a ver en Ares.

Cierto es que la eliminación de las alfombras evita sustos como el que tuvieron los participantes en la confección de las alfombras en su última edición antes del COVID. Y es que en la medianoche de aquella última creación de alfombras comenzó una ligera llovizna que sin embargo terminaría por remitir y les permitió terminar la confección de las alfombras sin demasiados contratiempos. Otros años no habían tenido tanta suerte y habian debido proteger el trabajo realizado para que no se echara a perder, ni el material ni el trabajo. Evidentemente estos sustos se han perdido. Ni lo dudes que la magia de aquellos momentos seguro que también.

Y es que desde el año 1986 (Año en que nació mi socia Carol, casualmente en Ares), Ares celebraba el Corpus Christi con la confección de alfombras florales que año tras año eran admiradas por los miles de visitantes que se acercaban a la villa marinera. Los vecinos, perfectamente organizados en seis grupos de trabajo, eran los artífices de esta espectacular obra de arte vegetal a la que se le dedicaban semanas de esfuerzo y que alcanzaban una longitud de más de un kilómetro.

Tradición, gran vistosidad y la participación del pueblo se unían en Ares para celebrar el Corpus, de tal forma que, cuando pasaba la procesión el domingo por la tarde, las calles de la villa estaban perfectamente engalanadas. Ares olía a rosa, clavel, hortensia, acedera, tuya y pino, entre otros aromas vegetales.

Imagen del Corpus de 2021
Ares es un pueblo que se 
reinventa en tiempos duros
Si la confección era importante en estos trabajos, la recolecta no lo era menos. La experiencia hizo que los miembros de las asociaciones implicadas, sabedores de donde pueden encontrar las ramas, hierbas y flores adecuadas, preparasen un preciso calendario de recogida. Primero lo verde, que hay que tratar con mucha paciencia, y después las flores. Este calendario era seguido por los vecinos implicados, de la mano de la Asociación de Alfombras Floráis de Ares, que preparaban tras su recogida el material para su posterior utilización.

Cada uno de los seis grupos elaboraba su alfombra con los motivos escogidos. La tradición obligaba a no desvelar el tema hasta momentos antes de su elaboración. En la minuciosa confección participaban cientos de personas. Familias enteras colaboraban en estos trabajos y los más pequeños, además de realizar sus aportaciones, disfrutaban de las alfombras confeccionadas con motivos infantiles.

La víspera del día grande, hacia la noche, las calles Real y María, junto a la plaza de A Igrexa, comenzaban a transformarse. Esperaba a los vecinos una intensa noche en la que habrá que convertir el asfalto y la piedra en una obra de arte. Al amanecer, Ares luciría una nueva y floral cara. El domingo por la tarde, la pisada de la procesión borraría este vegetal engalanamiento, aunque los vecinos no olvidarían las intensas jornadas de convivencia recogiendo, diseñando preparando y creando. Creando una magia que ahora han tenido que sacrificar.

¿Y como han hecho para seguir con el corpus? Bueno, lo primero que han hecho ha sido reorientar las alfombras. Las han llevado al formato vertical y lo que engalanan son sus balcones. Esto dicho así suena un poco como para decir pues vaya birria (Fue lo que yo pensé el año pasado); cambiar medio campo de futbol en alfombras por un montón de decoraciones en escaparates y balcones, pero me equivoque. Y es que, a la hora de trabajar con flores, en Ares les da igual que sea en horizontal o en vertical, en el suelo o en la pared. Lo cual les vuelve a convertir un poco en; como decíamos en el articulo del belén del Tilo; en un poco los irreductibles galos de Asterix. No solo a ellos sino a otros muchos pueblos gallegos. Lo cual hace posible no perder la esperanza

Nos vemos en el próximo paseo.
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